Aún no conozco a quien haya visto la película Bajo el Sol de Toscana y no se haya enamorado de esos paisajes encantadores. Fue así como me enamoré de Positano, un lugar de ensueño ubicado en la Costa Amalfitana, a pocos kilómetros de Sorrento, ciudad que elegí como punto base de mi aventura italiana.
Punto importante a considerar en esta historia: viajé sola. Estaba viviendo en Madrid y claramente era mucho más económico viajar desde España que hacerlo desde Chile, y no soy de dejar escapar oportunidades. Por eso, necesitaba un lugar que me ofreciera conectividad y seguridad para andar sola.
¿Cómo llegar a Sorrento?
No hay vuelos directo a la ciudad pero puedes llegar a Nápoles y viajar en bus. Hay muchos autobuses que salen cada día a los distintos pueblos, como Positano y Amalfi. También puedes llegar en tren, y aqui te dejo el link: https://italiatren.com/es?currency=CLP&country=cl&gclid=Cj0KCQiA5fetBhC9ARIsAP1UMgHqefyjU8YUDfyQfNo5ZjQhmZTFDHH_zu2Ch6EAjICmF5brRQh9CRUaAkofEALw_wcB
Los recorridos del viaje
Sorrento es un lugar recomendable por varios motivos. La hotelería en general no es buena en Italia (a no ser que puedas acceder a hoteles boutique) pero en general tienen lo básico para estar cómodo. La ciudad es linda y en cada rincón ves referencias al Limoncello, el bajativo típico de la zona (sí, el mismo que preparaba el guapetón de Bajo el Sol de Toscana). Desde aquí salen buses a los principales destinos turísticos de la zona, y un tren que te lleva a la zona histórica de Pompeya.
Lo ideal es partir el día muy temprano, recorrer cada lugar y encantarse con las vistas del mar desde las alturas (a veces te recuerda a Valparaíso). Luego puedes almorzar entre las callecitas peatonales del centro y terminar tomándote un trago en alguno de los muchos bares repletos de italianos que sí, son tal como los tenemos en nuestra mente, muy arreglados y con ropa llena de logos de marcas famosas. ¡Un cliché! (me quedo lejos con los franceses).
Día 2: Partir temprano a Positano y llevar un buen par de zapatillas para bajar por el camino de curvas. La protagonista de Bajo el Sol de Toscana le pedía a un policía italiano que la llevara en su moto... Yo no tuve esa suerte. Para llegar abajo te puede tomar unos 25 minutos si vas paseando. Y vale la pena porque la vista es maravillosa y estremecedora. A cada rato te preguntas.... ¿Cómo existen lugares tan lindos? Y bueno, existen y tuve la suerte de estar ahí.
Dependiendo de la época, los botes están sobre la playa y los cafecitos junto al mar abiertos a toda hora. Yo me pedí un latte y escribí con calma una postal que le había comprado a mi hermana (le llegó cuando yo ya estaba de regreso en Chile). Luego de recorrer el lugar (es pequeño así que no tardas mucho) descubrí un pequeño sendero que bordeaba uno de los cerros... Y de pronto, una playa escondida, sin gente, se abrió ante mí. ¡Mi pequeño paraíso personal! Un diario español, mi música, el mar y el sol. Un día que jamás olvidaré.
Luego de algunas horas y preocupada por el horario de los buses, regresé caminando hasta la carretera para seguir ruta a Amalfi. ¡Un fiasco! Ciudad gris y mala elección del restaurante (sí, a veces viajo sola pero siempre como bien). La verdad es que una parada sin mayor brillo, aunque hay gente que la encuentra linda. Mejor volver a Sorrento y disfrutar del bullicio del atardecer.
¿Vale la pena visitar Capri? ¡Claro que sí!
Día 3: Otro punto infaltable en este viaje es la isla de Capri. Viajar en Catamarán es una experiencia exquisita. Sientes el viento en tu cara y la vista es indescriptible. Una vez en el puerto tienes que tomar una micro para llegar a la zona más turística, y desde allí tienes acceso al andarivel que te lleva a la cima de la colina (por favor háganlo). Luego de disfrutar un momento mágico en ese lugar que no puedes creer que sea real, almorzar en el puerto comiendo un Jamón de Parma y Mozzarella di Búfala, con su respectiva copa de un Vino Blanco muy frío. Y de ahí tienes la tarde para recorrer la isla, llena de escondites y sorpresas, como la calle que tiene un cartel de Pablo Neruda.
Último día en Italia y aún quedan cosas por ver. En Sorrento puedes tomar el tren que te lleva a Pompeya, la ciudad que fue completamente devastada por la erupción del volcán Besubio y cuyos ciudadanos aún puedes ver petrificados entre las ruinas (los que han tenido la oportunidad de ir recordarán lo extraño que es ver algunos cuerpos tirados entre escombros o lugares donde guardan materiales). De todas maneras vale la pena visitarlo. ¡Pura historia!
De vuelta en Sorrento, tomar maletas y llegar al bus que te lleva de regreso al aeropuerto de Napolés. Otro puntito destacado en mi Mapa Mundi.
*PD: Durante todo mi recorrido pedí reiteradas veces Tiramisú para probar el verdadero sabor italiano, pero solo encontré productos congelados y bastante malos. ¡Ojalá tengan mejor suerte!
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