Viaje a Paris por enésima vez... Pero esta vez, algo es distinto. Vamos en familia con mis papás, mi hermana, su pololo y mi marido. Coincidentemente, un año antes habíamos estado de Luna de Miel en la ciudad de la Luz, y teníamos ganas de usar el tiempo para conocer otros lugares de Francia. Fue así como buscando en un mapa algo que nos quedara cerca para viajar por el día, llegamos a Compiègne, un pueblo a una hora y media de viaje en tren. No teníamos idea de qué íbamos a encontrarnos al llegar, ¡y quedamos gratamente sorprendidos!
Imperdibles del pueblo
Imponentes construcciones, un río que bordea el pueblo, construcciones medievales y un palacio que no tiene nada que envidiarle a los más hermosos del país, con unos jardines muy cuidados y esculturas que recuerdan la majestuosidad de tiempos pasados. Además, este pueblo es parte de la historia de Juana de Arco, ya que fue precisamente aquí donde fue detenida y comenzó su camino a la muerte. En varios lugares de la ciudad se pueden ver estatuas y restos de fortificaciones que se relacionan con ella.
Lamentablemente fuimos un lunes y el palacio estaba cerrado para recorrerlo por dentro, pero paseamos por sus jardines y regresamos al centro a buscar dónde comer. ¡Por suerte encontramos un gran lugar! Una pizzería donde nos atendieron muy bien y disfrutamos de unos enormes calamares a la romana y una pizza con prosciutto.
Un paseo que se puede hacer en un día, volviendo a tiempo para cenar en Paris. Altamente recomendable.
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