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Priscilla Rodríguez

A Londres hay que volver más de una vez

Actualizado: 3 feb

A los 13 años fui por primera vez a Londres junto a mi familia, como parte de la serie de viajes que hicimos mientras vivíamos en Madrid. ¿La verdad? Recuerdo bien poco de ese paso por la ciudad de Sherlock, así que mi historia con Londres parte en la segunda visita. 


El año 2008 estaba viviendo nuevamente en Madrid, esta vez sola, y mis mejores amigos estaban aprendiendo inglés en la capital inglesa. Fue la mejor excusa para elegir un lugar donde celebrar mi cumpleaños. Tenía que ser una gran celebración, ya que mi hermana viajaba desde Chile para acompañarme. 


Lugares que hay que visitar en Londres


Pese al frío que calaba los huesos, visitamos todos los lugares emblemáticos de la ciudad, y un lugar que hace rato quería conocer: el Museo Británico. Ahí se encuentran importantes e imponentes piezas de la historia de Grecia y Egipto. De hecho, cuando estás en El Cairo a cada rato te dicen que trozos de su historia fueron robados y llevados a Inglaterra. ¡Y es cierto!





Otra cosa memorable fue el recorrido nocturno por las zonas que frecuentaba Jack El Destripador, un tour que vale la pena hacer. Caminas por los lugares donde aparecieron las mujeres asesinadas, y entre el frío y los callejones oscuros, crees que en cualquier momento te lo encuentras.


Entre mucho viento y nieve, celebramos mi cumple en un bar español que cerraba más tarde que el resto de los lugares (se acuestan demasiado temprano) y terminamos cerca de nuestro hotel (lejos el mejor y al que volvimos a ir hace poco: The Cumberland). 


La comida del viaje no fue para nada memorable debido a los altos precios de TODO. Mucha pizza y un plato especial de Inglaterra: Longanizas con Puré.


El viaje terminó en Notting Hill, visitando la librería típica de la película, mientras en mi cabeza sonaba Ain´t no Sunshine y caminaba en plano secuencia junto a mi hermana, la mejor partner de viajes.


Notting Hill, librería de la película
Notting Hill

Tendrían que pasar nueve años para que volviéramos a pisar tierras inglesas, esta vez junto a mis papás. Y aunque antes del viaje prefería volver a Paris (amo esa ciudad), debo decir que la tercera fue la vencida, y que Londres se robó mi corazón. No hubo museos ni bares españoles, pero sí muchas caminatas por Trafalgar Square, ricas comidas en St Christopher´s Place (lugares exquisitos y de excelente relación precio-calidad. Se recomienda reservar) y algunas compras en liquidación.


La entretención no falta


Nuestro viaje fue poco antes de Navidad, pero el frío esta vez era más que soportable, y coincidimos con una entretenida feria navideña frente a nuestro hotel en Hyde Park: Winter Wonderland. El big fail vino cuando compré desde Chile tickets VIP para la "Rueda Gigante"... que era una rueda enana en la que estuvimos 35 minutos dando vuelta sin que nos dejaran bajarnos... ¡Al menos tenía wifi!

 

En esta ocasión logramos también subirnos al London Eye, una experiencia que vale la pena pagar, porque la vista de la ciudad es increíble. También tomamos once en Harrod's (la tienda por departamentos más cara y lujosa de la ciudad) y anduvimos en sus taxis negros tan típicos de las películas.




Los markets son muy entretenidos y están llenos de tiendas de todo tipo. Les recomiendo ir a Covent Garden. Hasta tiene un restaurante de Jamie Oliver.


¿Un imperdible? Probar los hot dog, el vino caliente y las frutillas bañadas en chocolate, de la tienda Godiva. 


¿Cómo trasladarse?


El sistema de transporte funciona muy bien y puedes cargar una tarjeta para los viajes en metro y bus. Ojo que son individuales y no se pueden compartir. Y para trasladarse desde y hacia el aeropuerto, lo mejor es contratar un servicio privado en el hotel.

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